En 2025, el sector de las telecomunicaciones se encuentra en un punto de inflexión: la competencia feroz y el estancamiento de ingresos tradicionales obligan a las operadoras a reinventarse. La estrategia ya no puede limitarse a optimizar costes o mejorar la red; ahora se prioriza la experiencia del cliente mediante inteligencia artificial, la digitalización y automatización de procesos, la atracción y capacitación de talento y la modernización de infraestructuras. Además, la sostenibilidad se vuelve un eje central, junto con la búsqueda de nuevos servicios de valor —como privacidad, seguridad y contenidos— y la exploración de modelos de negocio innovadores, alianzas estratégicas y desinversiones inteligentes para garantizar su crecimiento y diferenciación en el futuro.
Miguel Gómez García 2ºM