Estados Unidos ha autorizado a Nvidia a reanudar la venta de algunos de sus chips avanzados de inteligencia artificial a China, en un giro que modifica meses de restricciones comerciales. La medida, impulsada por la administración de Donald Trump, permite la exportación del modelo H200 a empresas chinas previamente aprobadas, aunque mantiene el veto sobre los procesadores más potentes. El acuerdo incluye un arancel del 25 %, lo que busca equilibrar la apertura con los objetivos de seguridad nacional. Aun así, el alcance real de la decisión sigue siendo limitado: las autoridades chinas estudian reducir qué compañías podrán acceder a estos chips, lo que recortará su impacto en la industria local. Para Nvidia, la reapertura del mercado chino supone una oportunidad de recuperar parte de un negocio estratégico, mientras que para el sector tecnológico global representa un cambio relevante en la competencia por el liderazgo en IA. El movimiento podría aliviar tensiones comerciales, pero también reactivar el debate sobre el control de tecnologías críticas.
enlace Ángel Sánchez Rodríguez 2º Bach M