En septiembre de 2024, las tecnologías de observación climática han alcanzado un nuevo nivel de sofisticación, permitiendo monitorear el planeta de manera precisa y en tiempo real. Los satélites de última generación, junto con drones y sensores avanzados, recopilan datos vitales sobre fenómenos meteorológicos y ambientales, ayudando a prevenir desastres naturales como inundaciones e incendios forestales. Estas tecnologías, complementadas con inteligencia artificial, mejoran la capacidad de respuesta ante el cambio climático, optimizando la gestión de recursos y creando ciudades más resilientes. Además, las mejoras en los sistemas de monitoreo permiten un análisis más profundo de las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que es crucial para la toma de decisiones basadas en evidencia.
Estas herramientas no solo benefician a científicos, sino también a gobiernos y organizaciones internacionales, que utilizan los datos para diseñar políticas de mitigación y adaptación climática. Con avances en la previsión de fenómenos extremos y el uso de IA, se espera un impacto positivo en la protección de comunidades vulnerables y ecosistemas frágiles(Foro Económico Mundial)(MIT Technology Review).
–Ángel Sánchez Rodrígez 1ºBach L–