Aunque en este tipo de ciberdelito es habitual que quien sea suplantado sea una empresa (los típicos correos electrónicos que dicen ser del banco o de una empresa de reparto, por ejemplo), caer en ellos es una forma de dar en bandeja a los cibercriminales la información necesaria para suplantarlos a nosotros.
“La suplantación de identidad es cualquier intento deliberado de hacerse pasar por otra persona o entidad, utilizando información personal, profesional o corporativa, con el objetivo de engañar, manipular o realizar acciones fraudulentas que resulten en un beneficio económico, social o en el acceso indebido a datos sensibles”, define Adrián Flecha, técnico de ciberseguridad de INCIBE-CERT, el servicio de respuesta a incidentes del Instituto Nacional de Ciberseguridad.
Irene Sánchez Olayo
3ºC