EL PAÍS pone a prueba el teléfono, que destaca por una batería que dura más o por una cámara muy renovada y ahora especializada en selfis; frente sus competidores, desentona por la falta de funciones de IA realmente innovadoras
La nueva polémica sobre los iPhone 17 Pro ya tiene nombre: scratchgate (el escándalo de los rayones, en español). En los últimos días varios usuarios han informado acerca de rayones en la parte trasera del móvil, especialmente en unidades de exposición en tiendas de Apple y en los modelos de los colores llamados azul oscuro y naranja cósmico. Y todo eso pese a que Apple asegura haber mejorado la durabilidad del iPhone 17 Pro Max —que ha abandonado el titanio por el aluminio— y ha adoptado una cobertura cerámica de nueva generación para hacerlo más robusto y resistente a rayaduras. EL PAÍS ha preguntado al respecto a Apple, pero no ha recibido ninguna explicación. Algunos medios apuntan a que, en algunos casos, podría tratarse de marcas superficiales que pueden limpiarse fácilmente. El terminal probado por este periódico es de color plata. En las pruebas realizadas durante una semana, usando el móvil sin funda y en condiciones normales de uso diario, no se han producido rayones.El iPhone 17 Pro Max, a pesar de sus avances y de contar con el potente procesador A19 Pro, carece de características de inteligencia artificial verdaderamente sorprendentes e innovadoras. Si bien hay algunas novedades destacadas, como la traducción en tiempo real de mensajes y llamadas —disponible solo en los teléfonos lanzados en los últimos dos años con iOS 26: del iPhone 15 Pro en adelante—, Apple parece haberse quedado atrás en el campo de la IA generativa y en funciones automatizadas avanzadas. A ello se suma que hasta 2026 no llegará la renovación completa de Siri, destinada a hacer mucho más inteligente al asistente de voz —que fue pionero en su día, pero ha sido superado por la competencia— y a entender el contexto personal de cada usuario.
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