viernes, 19 de septiembre de 2025

Nothing es la marca de teléfonos móviles más fascinante en años por un motivo muy sencillo: no vende teléfonos móviles.



En el mundo del capital riesgo, los números rara vez cuentan toda la historia: lo que realmente mueve millones es la narrativa. Nothing, la marca fundada por Carl Pei, acaba de levantar 200 millones de dólares que disparan su valoración a 1.300 millones, pese a que en ventas totales desde 2020 apenas suma 1.000 millones. ¿Por qué los inversores pagan tanto por una empresa con menos del 1% de cuota global? Porque Pei no vende solo teléfonos: vende identidad, rebeldía frente al duopolio Apple-Samsung y la promesa de un futuro distinto. Sus móviles transparentes, con LEDs que laten como un corazón mecánico, son símbolos culturales más que gadgets. Y los fondos lo saben: Tiger Global, GV o Qualcomm no compran balances, compran el relato de un “David” tecnológico capaz de hacer temblar a los gigantes. Pei domina el timing: lanza Nothing cuando OnePlus se vuelve predecible, habla de IA y gafas inteligentes justo cuando toca, y seduce tanto a grandes inversores como a fans en rondas comunitarias. Sus productos son competentes, incluso buenos, pero lo disruptivo no está en el hardware, sino en la capacidad de transformar la irrelevancia estadística en relevancia cultural. La gran lección: en 2025, el valor de una empresa depende menos de lo que factura y más de la historia que logra contar.


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Hugo Silgo Conde 2ºM

Nothing es la marca de teléfonos móviles más fascinante en años por un motivo muy sencillo: no vende teléfonos móviles.

En el mundo del capital riesgo, los números rara vez cuentan toda la historia: lo que realmente mueve millones es la narrativa. Nothing, la ...