En apenas dos décadas, China ha logrado consolidar su propio sistema de navegación satelital, BeiDou, como una alternativa robusta al GPS estadounidense. Desde su concepción en los años noventa como un proyecto militar, BeiDou ha evolucionado hasta convertirse en un actor global en el ámbito de la geolocalización, con presencia en más de 140 países y regiones.
Este avance no solo refleja la capacidad tecnológica de China, sino también su estrategia para reducir la dependencia de infraestructuras críticas controladas por potencias extranjeras. El sistema BeiDou ha experimentado un crecimiento significativo en su adopción y aplicación. En 2024, el valor total de la industria china de servicios de navegación y posicionamiento satelital alcanzó los 575.800 millones de yuanes (aproximadamente 79.900 millones de dólares), con un incremento interanual del 7,39% . Este crecimiento se ha visto impulsado por la integración de BeiDou en diversos sectores, desde la agricultura y la gestión hídrica hasta la logística y el transporte.
A nivel internacional, BeiDou ha sido reconocido por la ONU como proveedor global de navegación satelital y se ha integrado en los estándares de 11 organizaciones internacionales, incluyendo la aviación civil y las comunicaciones móviles . Más de 30 países africanos han establecido estaciones de referencia continua para servicios de alta precisión en agricultura y monitoreo meteorológico . En América Latina, puertos como el de Chancay en Perú han adoptado BeiDou en sus sistemas de navegación inteligente.
En el ámbito doméstico, BeiDou ha logrado una cobertura casi total de las carreteras urbanas y rurales de China con navegación de precisión a nivel de carril . Además, más de 288 millones de teléfonos móviles en China están equipados con capacidades de posicionamiento habilitadas por BeiDou. La adopción masiva de este sistema refleja la confianza y dependencia creciente de la población china en su infraestructura nacional de navegación.