El fabricante de ChatGPT se fundó hace una década como una organización sin ánimo de lucro con la misión de desarrollar la inteligencia artificial en beneficio de la humanidad. Cuatro años más tarde, OpenAI creó una filial con ánimo de lucro para captar recursos y ayudar a financiar los elevados costes de ese desarrollo.
Irene Sánchez Olayo
3ºC