Las nubes juegan un papel clave en el clima, enfriando o calentando la Tierra según su altura y composición. Un estudio de la NASA y la Universidad de Estocolmo revela que una franja nubosa ecuatorial se está reduciendo en un 1.5% por década, lo que permite la entrada de más radiación solar y contribuye al calentamiento global.
Además, las nubes interactúan con aerosoles atmosféricos, afectando la radiación y la formación de tormentas. Para estudiar esta compleja relación, la ESA y JAXA han lanzado el satélite EarthCARE.
El cambio climático también está alterando la formación de tormentas de granizo: aunque hay menos días con granizo, los eventos son más intensos y las piedras más grandes, lo que incrementa los daños. Investigadores trabajan en modelos de predicción y en tecnologías para reducir riesgos en aviación y drones.
Sergio Torrado Raposo 1ºNS