Una vivienda prefabricada en la localidad cántabra de Navajeda, pensada para funcionar con un consumo energético casi nulo, fue ideada para levantarse en cuatro semanas y ser finalizada por sus habitantes.
Muchos de los arquitectos del siglo XXI no terminan sus proyectos: ponen las bases para que los usuarios puedan hacerlo. Está construida con materiales naturales en la fachada y madera laminada que reduce el tiempo de construcción, la huella de carbono y la demanda energética.
También consta de un aislamiento reforzado, y está diseñada para distribuir el calor hacia el interior, mientras que las aperturas del porche y las ventanas la refrescan en verano. La galería que atraviesa y divide en dos la vivienda funciona la mayor parte del año como un invernadero que distribuye el aire caliente por la vivienda.
El futuro de la arquitectura y de nuestra vida en general, se encuentra en la sostenibilidad y reducción de daños sobre el medio ambiente.
Victoria Pérez Paredes 2ºBACH M