Al galeno Lin Xianfeng la idea se le ocurrió un día de vendaval y oleaje. ¿Pueden las ostras pegar huesos humanos fracturados? Acaba de demostrar que sí
Durante la dinastía Song de China (entre los años 960 y 1279 d.C.), los constructores de lo que hoy es la ciudad de Quanzhou, al sur del gigante asiático, se enfrentaron a un problema con los pilares de uno de los puentes de piedra levantados sobre el mar, que se extendía más de dos kilómetros hasta la isla de Anhai. La base del puente se encontraba en mar abierto y las corrientes de agua salada y el oleaje desgastaban la infraestructura. Los funcionarios locales encontraron una ingeniosa solución: plantar ostras alrededor de los cimientos.
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