La depresión es un trastorno realmente complejo, que en un 30% de los casos no responde a un tratamiento convencional. Ni la farmacoterapia, ni la psicoterapia, ni la estimulación magnética transcraneal (usado para tratar el TOC) parecen ofrecer alivio duradero a quienes quedan atrapados en los estados más resistentes de la enfermedad. Y aunque en un primer momento se les puede 'dar por perdidos', el psiquiatra argentino Salvador Guinjoan ya trabaja en otra vía de tratamiento.
La idea. El psiquiatra, investigador del Laureate Institute for Brain Research de Oklahoma, trabaja en una alternativa que usa más física que psiquiatría para estos pacientes que a priori no tenían otro tipo de salida. Este se basa en los ultrasonidos focalizados de baja intensidad, lo que se conoce como LIFU (Low-Intensity Focused Ultrasound).
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