Al menos hasta ahora, cuando un equipo de científicos del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ha desarrollado un sensor capaz de identificar mínimas cantidades de perfluoroalquilos y polifluoroalquilos (PFAS). Estas sustancias, denominadas "químicos persistentes", "químicos para siempre" o "contaminantes eternos" debido a su incapacidad de descomposición natural, se han vinculado con diversos efectos adversos para la salud, como colesterol alto, colitis ulcerosa, enfermedades tiroideas, cáncer y disminución de la respuesta a las vacunas, entre otras.
Pablo Jaramago Ledo 2ºC Enlace a noticia