La cantidad de dispositivos y aparatos que conectados al WiFi de nuestra casa no deja de crecer, ordenadores, teléfonos móviles, tabletas, frigoríficos, lavadoras, bombillas, termostatos, etc. Y cada uno de ellos demandan una conexión estable y rápida, que permita un uso fluido que el 'router' por sí solo no siempre logra ofrecer.
Sin embargo, para conseguir una conexión a Internet estable en el hogar, se puede recurrir al WiFi Mesh o de malla, un tipo de red doméstica de última generación que conecta varios puntos de acceso dentro de una red muy compacta.
Esta herramienta permite una conexión fluida en tu hogar, ya que al tener varios puntos de acceso individuales, esto garantiza que cada uno de tus dispositivos se conecten en cada momento a aquel que tenga mayor cobertura. Algo que resulta beneficioso, por ejemplo, si el usuario se mueve por su hogar mientras realiza una llamada.
Para garantizar un mejor rendimiento del WiFi, este tipo de red cambia de manera automática entre las bandas de frecuencia de 2,4 GHz y 5 GHz, según cual sea la más adecuada para las conexiones de datos, y garantiza una velocidad óptima al proporcionar más tiempo de conexión a los dispositivos más rápidos, lo que evita que los que son más lentos y las aplicaciones menos importantes ralenticen la transmisión de datos.
Fernando Juez Pozo- 4ºD