El prototipo de este proyecto, a cargo de la empresa Marsi Bionics y el CSIC, espera la autorización de la Unión Europea para ser utilizado en domicilios y exteriores
Todo comenzó casi una década atrás, cuando García y un equipo de investigadores del CSIC crearon a Atlas, el primer exoesqueleto biónico del mundo para niños con atrofia muscular espinal, una enfermedad degenerativa que afecta a cerca de 2.000 menores en España. “Vimos que con ese prototipo, el mundo de los niños cambiaba”, señala García. Pero el Atlas tenía sus limitaciones y solo podía utilizarse en contextos controlados de rehabilitación, como dentro de un hospital.Trabajando con las familias de los niños, los científicos se dieron cuenta de que la verdadera diferencia estaba en poder llevar esa tecnología hospitalaria al día a día de los pacientes. “Los niños lo usaban en sus sesiones de fisioterapia y luego pedían para llevárselo a sus casas y al cole”, explica García. Entonces fue que empezaron a pensar en la posibilidad de desarrollar un robot que pudiera ser “todoterreno”, añade.
Así nació Explorer, un nuevo exoesqueleto personal que cuenta con cuatro motores que imitan el funcionamiento natural de los músculos. Tiene, además, un asiento automático que permite transformar el dispositivo en una silla de descanso integrada, facilitando el uso continuo y la comodidad del niño en su día a día. Cada dispositivo está pensado para evolucionar con el propio crecimiento del paciente, abarcando un rango de edad desde los 2 hasta los 17 años, lo que permite un acompañamiento a lo largo de su desarrollo.
Gregorio Rodríguez Zamora 1ºNS ver noticia aquí