Maaike Geurts y Tibor Strausz continúan con su proyecto de arreglar Bárcena de Bureba para convertirlo en una ecoaldea autosuficiente
Hasta hace dos años, Bárcena de Bureba era un pueblo devastado por el olvido. Llevaba 40 años sin tener un solo habitante. Las casas de piedra del pueblo, situado a 27 kilómetros de Briviesca e imbricado entre dos lomas pobladas de vegetación, donde predominan los olmos y los enebros, se habían ido cayendo poco a poco.
Las viviendas habían sido saqueadas hasta las raspas -se habían llevado hasta los marcos de las ventanas- y las paredes habían sido vandalizadas. Pero hace un año cambió el destino del pueblo.
Maaike Geurts y Tibor Strausz, una pareja holandesa que trabaja con ordenadores, lo compró por alrededor de 350.000 euros con el objetivo de montar una ecoaldea
Desde entonces, ambos, junto a sus dos hijas, Trisa y Riva, de nueve y siete años, pasan temporadas largas en el pueblo, donde han comenzado a arreglar las casas y han instalado placas solares, ya que Bárcena no tiene ni electricidad ni agua corriente
Según explica Maikee por teléfono desde Ámsterdam, donde la pareja sigue viviendo y trabajando hasta que el próximo año se trasladen definitivamente a Burgos -quieren empezar viviendo en Briviesca mientras siguen adecuando el pueblo-, “ya hay dos familias que nos han dicho que van a mudarse a Bárcena el próximo año”.
Gregorio Rodríguez Zamora 1ºNS